"Siento que he estado muy cerca"
Se encendió un cohiba, pero esta vez no mostró una sonrisa, ni chistes. "Es un sabor agrio", decía mientras le daba lumbre al habano. "Lo es porque siento que he estado muy cerca de ganar. Si hubiera metido esos dos putts en los nueve primeros hoyos, me hubiera puesto con seis o siete bajo par y habría dado guerra", decía contrariado, a pesar de darle todos los honores a Bubba Watson.
Con 50 años, Jiménez selló en el Masters de Augusta uno de esos episodios que trascienden. Fue cuarto, el mejor puesto de un golfista de más de 50 años en tiempo. Su mejor actuación en 15 actuaciones. El golf ha cambiado su perfil. "Me faltan 20 metros", lamenta Jiménez, queja que explica que el cambio protagonizado en el golfista es grande lo que agranda su mérito. Allí donde todos ponen pegada, Miguel aún saca toda la estrategia de la que dispone para presentarles batalla y se le arruga el bigote cuando ve que ni Blixt ni Spieth fallaron en los tres últimos hoyos lo que impidió que pasara del cuarto puesto.
"Es la vez que más cerca me he visto porque en el 2000 en el US Open cuando quedé segundo, gané el otro torneo pues Tiger nos sacó como 15 golpes y en el Open Británico de 2001 que ganó Duval, me puse a un golpe a falta de cinco o seis hoyos, pero me lié en un bunker que me deje hasta la barba. Pero soy cabezón y seguiré trabajando. Cada vez que salgo a jugar siento el nudo en el estómago y eso es bueno. A mí nunca me ha dolido trabajar y si puedo ser un espejo para la gente en el que mirarse que con 50 años aquí sigo, pues yo encantado".
El jueves hará una visita ocasional al Champions Tour, un torneo en Atlanta del circuito senior estadounidense. "Pero luego me vuelvo a Europa, que mi objetivo es clasificarme para la Ryder Cup. Y seguir dando guerra. ¡Ya me gustaría tener un grande! Por eso me voy con el sabor agrio. Porque tengo 20 torneos y me apetece un grande.
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